El despertador está sonando

 

Hablemos un poco de la pandemia. Cuando comenzó el ahora ya tan famoso Covid 19, muchos dudamos que pudiera convertirse en Pandemia y,  sobretodo,  que durara tanto tiempo, además, por si fuera poco, que tuviera los alcances como para cambiar el rumbo del mundo, y por ende, el de nuestras vidas. El camino ha sido largo, cansado y difícil. Hemos visto como se han derrumbado nuestros planes, proyectos, sueños y expectativas, por decir lo menos doloroso.  

Con todo lo anterior, lo menos recomendable sería quedarnos solo como espectadores o lamentando nuestra suerte y en la autocompasión.    Hemos vivido a nivel mundial una fuerte y sorpresiva sacudida. ¿Estábamos muy cómodos? Viviendo tal vez en la inconsciencia de lo vulnerables que podemos ser. No cabe duda que ha sido un reto sobrevivir, sin mencionar cualquier tipo de pérdidas que pudimos haber sufrido.  ¿Quién no sintió que se le movió el piso? ¿Teníamos que haber pasado por algo así para hacer una revalorización de lo que nos es realmente importante? Pareciera que sí,  temas y asuntos que creíamos seguros y permanentes, ahora nos han recordado que lo único seguro es el cambio.

Es hora de despertar,  se abre un abanico de oportunidades en el cual hay que elegir como queremos vivir, lo más fácil y tal vez lo más lógico, sería estar enojados o esperar a que las cosas regresen a ser lo que eran y estábamos acostumbrados… La realidad nos exige cambios, a los que posiblemente no estemos dispuestos, surge una pregunta ¿qué precio estamos dispuestos a pagar? La resistencia al cambio puede provocar dolor y sufrimiento, lo cual me lleva a la siguiente pregunta ¿debemos pasar por más dolor y sufrimiento? 

Está demostrado que el ser humano puede ser muy creativo y encontrar herramientas necesarias para adaptarse y ser resiliente, encontrar en nosotros mismos lo que buscamos afuera.  No es momento de claudicar, si hemos sido capaces de llegar hasta aquí, seamos capaces de sacar el coraje de dar lo mejor de nosotros, de ser empáticos con los demás, de abrazar, de corresponder, compartir y disfrutar con el corazón, siendo nosotros mismos quienes estemos en primer lugar de la fila, manteniendo nuestra salud física y mental a salvo.  

Se dice que  donde ponemos nuestra atención crece y florece.  ¿Qué nos falta por hacer? ¿Qué no hemos agradecido? Si todo lo que nace tiene que morir… ¿Cómo queremos vivir? Es hora de levantarse, hay que apagar el despertador…


Ana Martha Sánchez Hernández
Sobrecargo Jubilada en Aeroméxico
37 años de experiencia como Sobrecargo
ASSA de México
Octubre, 2022
Año 1, Número 4