Las manos también saben hablar….

Mi nombre es Silvia, nací en la Ciudad de México hace 53 años y mi inquietud para ser Sobrecargo inició porque mi hermana fue Sobrecargo en 1987. Ella voló realmente poco, aunque fue el tiempo suficiente para sembrar en mí la semilla para formar parte de este gremio, al cual yo le llamo mi familia. 

Ingresé a la ASSA DE MÉXICO recomendada por mi hermana y una vez ahí sentí que estaba en casa, la gente amable y la buena energía me atraparon. Apliqué algunos exámenes y me entregaron una carta para una entrevista en Recursos Humanos del edificio icónico (La licuadora de Mexicana) en Xola #535.  En febrero de 1991 comienza mi historia en Mexicana de Aviación, Empresa a la cual le tengo mucho respeto y cariño porque fueron mis primeras alas, además ahí conocí al amor de mi vida, a mi compañero de historia por 22 años y padre de mis dos hermosos hijos, que ahora tienen 16 y 18 años. Volé durante 13 años y fui parte de esa aviación de antaño, cuando viajar en avión era un lujo y no una necesidad. 

                                                                                                                       

Hace muchos años tuve la inquietud de aprender el lenguaje de señas, debido a que mi hijo mayor tenía un compañero con cierta discapacidad y no podía hablar. En algún momento tendría que aprender a comunicarse con señas, y yo quería ser parte de la red de amigos que pudieran comunicarse con él, sin embargo, no fue posible, él creció y se fue a vivir a otro país. 

Pasaron años y hace algunos meses me propuse a retomar ese proyecto, aprender la lengua de señas mexicanas, ahora motivada por todo el tema de la inclusión, pienso que es la mejor manera de aportar y ser inclusiva con las personas sordas de nacimiento ó, las que por alguna causa, pierden la audición. Hoy sé que fue la mejor decisión que tomé, mi corazón se pone feliz al ver que las personas sordas sienten alegría y se sienten parte como cualquier otro pasajero cuando nos comunicamos con señas.

A lo largo de nuestras vidas, las personas al hablar movemos las manos sin notarlo, para complementar nuestras conversaciones, no imagino la vida sin hacer alguna seña. En nuestra actividad como Sobrecargos las señas son más útiles de lo que nos podríamos imaginar, pienso que inclusive en algún desafortunado momento, podría ser el único medio para comunicarnos. De forma intuitiva, hemos desarrollado un lenguaje técnico de señas para comunicarnos entre nosotros, para facilitar nuestra labor durante el servicio e incomodar lo menos posible a nuestros pasajeros y brindarles un servicio expedito. No pienso que esté mal, al contrario, es una manera de ser eficientes y creativos, finalmente las señas  que empleamos son acordes a las solicitudes que tenemos, personalmente no veo la parte negativa, sin embargo, los Sobrecargos nos apegamos a las disposiciones de nuestra Empresa.

En 2021 concurso para la obtención de una beca económica, otorgada por la ASSA de México. Fue una gran alegría, satisfacción y orgullo cuando me comunicaron que fui acreedora a ella. Me motivó a seguir preparándome y a compartir con mis compañeros, familiares y amigos esta manera de comunicarnos. Significó un gran apoyo financiero para continuar y mostrar a mis hijos que con esfuerzo y dedicación se puede lograr cualquier objetivo. También me siento muy honrada por las muestras de cariño y distinción por parte de todos mis compañeros, mi querida Jefe de Sobrecargos, Patricia Dueñas Blake y, de todos ustedes en mi cASSA. Gracias por su apoyo y confianza. Un especial agradecimiento a Cecilia Duarte, Secretaria de Cultura y Deportes y al Comité de Becas, por creer en mí.

Actualmente tengo 5 años volando en Aeroméxico, con la categoría de Sobrecargo.

Gracias Ricardo e Ivonne por tomarme en cuenta para esta primera edición de la Revista Digital, sin duda un gran trabajo y amor por lo que hacen, les deseo todo el éxito y que vengan muchos éxitos más.


Silvia Elizabeth Gutiérrez Pérez
Sobrecargo en Aeroméxico
ASSA de México
Marzo, 2022
Año 1, Número 1